Hay episodios de la Historia que permanecen durante años
en la memoria colectiva, mientras que otros de naturaleza parecida son
completamente desconocidos durante mucho tiempo y en muchos países.
Todo el mundo -es una exageración comúnmente usada- ha oído
hablar del cerco que los nazis mantuvieron a la ciudad de Leningrado, privando
a sus habitantes de comida. Se habla de millones de muertos por hambre y frío,
puesto que la ciudad permaneció sitiada durante cerca de novecientos días. Fue
una de las muchas brutalidades que los nazis llevaron a cabo. El sitio a
Leningrado y el Holocausto son, seguramente, los más conocidos hechos atroces
de la segunda guerra mundial.
En nuestro ámbito geográfico, sin embargo, apenas
encontraréis un puñado de estudiosos que hayan conocido los terribles hechos
del Holodomor o Golodomor (en
ucraniano Голодомор, “matar de hambre”).
Según información contenida en la enciclopedia virtual Wikipedia, "fue
conocido como Genocidio ucraniano u Holocausto ucraniano, nombre atribuido a la hambruna que asoló el territorio
de la República Socialista Soviética de Ucrania, en el contexto del proceso de
colectivización emprendida por la URSS, durante los años de 1932-1933 en la
cual habrían muerto de hambre entre 1,5 y 10 millones de personas."
Según algunos, la masacre fue perpetrada por Stalin, poniendo como excusa la resistencia ofrecida por muchos campesinos contra la colectivización de las tierras. Otros atribuyen la hambruna a causas naturales (una mala cosecha) junto a algunos planes políticos.
Víctima
del Holodomor en una calle
de la ciudad ucraniana de Járkov.
Esta fotografía fue
realizada por un espía alemán, en 1932.
En cualquier caso, estos hechos pueden parecer ignominias
del pasado, de un pasado lejano; los romanos y otros pueblos guerreros ya
practicaban "tácticas efectivas", como sembrar de sal los trigales del
enemigo, condenando a la población a sufrir hambre y los desastres que ello
conlleva.
Los hambrientos fueron incontables durante la edad media.
En el siglo XIX, el hambre obligó a millones de europeos a emigrar a América.
El imperialismo europeo contribuyó a la aparición del hambre en la India y en
China. Hay un libro muy interesante que trata esta situación: LATE VICTORIAN HOLOCAUSTS, de Mike Davis.
Y en nuestros días se sigue
practicando el cerco para dominar al "enemigo". -¿de quién son
enemigos los recien nacidos?- como sucede en las guerras de Oriente medio o
Africa, o como sucedió no hace muchos años en la ciudad de Sarajevo.
Y existe el hambre actual,
la que no sale en las portadas, silenciosa y efectiva como un reptil. Se prevé que
este año morirán de hambre cerca de nueve millones de humanos, sin contar las
muertes por enfermedades que acompañan a esta terrible dama de la muerte.
En nuestros días, la principal tiranía de los ricos contra los pobres
se ejerce utilizando
el arma más antigua: el hambre. Las masas emigradas a los cinturones pobres de las
grandes urbes son el material sumiso que utiliza el Sistema Capitalista Global
(S.C.G.). Tienen hambre y no tienen tierra. El único recurso que les queda es
vender su vida: 38 € al mes es un salario común en algunos países
en que los trabajadores fabrican ropa o juguetes informáticos para placer y
solaz (por usar términos castizos) de los que pueden permitirse el lujo de
pertenecer a la clase consumidora, del Planeta.
Frente al S.C.G. es urgente una rebelión revolucionaria. Más allá de
las palabras, hay que pasar a un comportamiento personal generalizado, que se
convierte en acción efectiva. Dos actuaciones urgentes:
Los pueblos
oprimidos y las clases esclavizadas de los países industriales tienen que
volver, en la medida de lo posible, a ser agricultores, a tener segura la alimentación.
Ese es principio de libertad.
La masa
debe reconquistar la conciencia ética; no tiene que consumir productos hechos en países
donde los trabajadores son tratados como esclavos.
Recuperar la conciencia ètica a nivel individual para luego sumar con los demás.Del grano de mostaza al gran árbol lleno de posibilidades.
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