Al blog d’avui trobareu un text de “Utopia”, de Thomas More. És clarivident
i descarat front als capitalistes anglesos de principis del segle XVI.
Només cal que ho apliquem a les
terres devastades d’Àfrica i altres territoris del planeta, i trobarem
explicació a moltes situacions d’injustícia global que
semblen inexplicables.
Las ovejas -contesté- vuestras ovejas. Tan mansas y tan
acostumbradas a alimentarse con sobriedad, son ahora, según dicen, tan voraces
y asilvestradas que devoran hasta a los mismos hombres, devastando campos y
asolando casas y aldeas. Vemos, en efecto, a los nobles, los ricos y hasta a
los mismos abades, santos varones, en todos los lugares del reino donde se cría
la lana más fina y más cara..., y no bastándoles lo que tenían para vivir con
lujo y ociosidad, a cuenta del bien común -cuando no en su perjuicio- ahora no dejan nada para
cultivos. Lo cercan todo, y para ello, si es necesario derribar casas,
destruyen las aldeas no dejando en pie más que las iglesias que dedican a
establo de las ovejas. No satisfechos con los espacios reservados a caza y
viveros, estos piadosos varones convierten en pastizales desiertos todos los
cultivos y granjas. Para que uno de estos garduños -inexplicable y atroz peste
del pueblo- pueda cercar una serie de tierras unificadas con varios miles de
yugadas, ha tenido que forzar a sus colonos a que le vendan sus tierras. Para
ello, unas veces se ha adelantado a cercarlas con engaño, otras los ha cargado
de injurias, y otras los ha acorralado con pleitos y vejaciones. Y así tienen
que marcharse como pueden hombres, mujeres, maridos, esposas, huérfanos,
viudas, padres con hijos pequeños, familias más numerosas que ricas, pues la
tierra necesita muchos brazos. Emigran de sus lugares conocidos y acostumbrados
sin encontrar dónde asentarse. Ante la necesidad de dejar sus enseres, ya de
por sí de escaso valor, tienen que venderlos al más bajo precio. Y luego de
agotar en su ir y venir el poco dinero que tenían, ¿qué otro camino les queda
más que robar y exponerse a que les ahorquen con todo derecho o irse por esos
caminos pidiendo limosna? En tal caso, pueden acabar también en la cárcel como
maleantes, vagos, por más que ellos se empeñen en trabajar, si no hay nadie que
quiera darles trabajo. Por otra parte, ¿cómo darles trabajo si en las faenas
del campo que era lo suyo ya no hay nada que hacer? Ya no se siembra. Y para
las faenas del pastoreo, con un pastor o boyero sobra para guiarlos rebaños en
tierras que labradas necesitaban muchos más brazos. Así se explica también que,
en muchos lugares, los precios de los víveres hayan subido vertiginosamente. Y
lo más extraño es que la lana se ha puesto tan cara, que la pobre gente de
estas tierras no puede comprar ni la de la más ínfima calidad... De esta
manera, mucha gente sin trabajo cae en la ociosidad.
Por
si fuera poco, después de incrementarse los pastizales, la epizootia diezmó las
ovejas, como si la ira de Dios descargara sobre los rebaños su cólera por la
codicia de los dueños. Hubiera sido más justo haberla dejado caer sobre la
cabeza de éstos. Pues no se ha de creer, que, aunque el número de ovejas haya
aumentado, no por ello baja el precio de la lana. La verdad es que, si bien no
existe un «monopolio» en el sentido de que sea uno quien la vende, sí existe un
«oligopolio». El negocio de la lana ha caído en manos de unos cuantos que,
además, son ricos. Ahora bien, éstos no tienen prisa en vender antes de lo que
les convenga. Y no les conviene sino a buen precio. Por la misma razón, e
incluso con más fuerza, se han encarecido las otras especies de vacuno. La
destrucción de los establos y la reducción del área cultivada, ha traído como
consecuencia que nadie se preocupe de su reproducción y de su cría. Porque
estos nuevos ricos no se preocupan de obtener crías de vacuno o de ovino. Las
compran flacas y a bajo precio en otros sitios y las engordan en sus pastizales
para venderlas después al mejor precio.
Molt ineressant i bo donara coneixer al gran Tomas Moro una home que de la seva cohorencia va pafar amb la vida al no dar suport a un crapula com Enric viii . Lhome que va sonmiar un mon ideal, l esser huma no pot mai renunciar a l utopia.una abracada i endavant
ResponderEliminarGracies i endavant!
EliminarLos mismos perros con distintos collares...
ResponderEliminar